CONDICIONANTES

La actividad Andragógica se halla ante una confrontación de experiencias, tanto el educador como el educando piensan, sienten y actúan según sus propios marcos de referencias. En razón de lo anterior, la única forma de facilitar el aprendizaje, es a través del establecimiento de una relación de respeto mutuo que sirva de canal entre ambos.

Como el adulto tiene muy claro lo que quiere y lo que espera, cuestiona todo lo que está recibiendo, decidiendo asimilar o ignorar los estímulos que sobre él están actuando. Su percepción selectiva y su racionalidad actúan como filtros frente a todo lo externo.

En la actividad andragógica se señalan fácilmente las condiciones que la caracterizan:

CONFRONTACIÓN DE EXPERIENCIAS

El punto de vista cultural, profesional y social es la confrontación de la experiencia de dos adultos del que educa y del que es educado. La riqueza espiritual del adulto es su experiencia, es lo que sabe, lo que ha vivido, lo que ha hecho, lo que siente. En la actividad andragógica, desaparece la diferencia marcada entre educador y educando. Ambos son adultos con experiencias, igualados en el proceso dinámico de la sociedad. El tradicional concepto de uno que enseña y otro que aprende uno que sabe y otro que ignora, deja de existir en la actividad andragógica, para traducirse en una acción reciproca donde muchas veces el profesor es el que aprende.

LA RACIONALIDAD

Esta se hace presente en la actividad andragógica en cuanto el adulto posee elementos de juicio para reflexionar en sus justos términos sobre los contenidos que se le suministran.

LA CAPACIDAD DE ABSTRACCIÓN DEL ADULTO

El pensamiento lógico, también se hace presente en la actividad andragógica. El adulto tiene conciencia, sabe por qué estudia y puede fácilmente apreciar en forma inductiva o deductiva las consecuencias del acto educativo. EL adulto promueve su educación, la planifica y la realiza en función de necesidades e intereses inmediatos y con vista a consolidar su porvenir.